domingo, 31 de marzo de 2024

DR. MANUEL MORO Y SU VIAJE PARA POSTULAR A LA FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA


En esta oportunidad le hacemos llegar el relato del viaje del Dr. Moro a Lima desde la lejana ciudad de Iquitos por la Dra. Hermelinda Rivera.

 

Uno de los maestros de quien guardo vivos recuerdos de mi paso por las aulas de la Facultad de Medicina Veterinaria de la UNMSM, es el del Dr. Manuel Moro Sommo, quien fuera mi maestro, padrino de promoción y director de mi tesis de bachillerato. 

Dr. Manuel Moro en su laboratorio

El Dr. Moro enseñaba el curso de Microbiología y siempre ingresaba al aula con su mandil blanco y varios libros, cinco o más, y nos explicaba lo que había en cada uno de ellos, seguramente con la esperanza que los revisáramos. Antes de iniciar propiamente las clases el Dr. Moro nos hablaba del IVITA, Instituto del que era su Director Nacional.

En esta oportunidad deseo contarles un pequeño pasaje de la vida del Dr. Moro escrito por el Dr. Guilbride. El pasaje fue contado por el Dr. Moro al Dr. Guilbride, durante un viaje que ambos hicieron a Pucallpa, a raíz de una pregunta que el segundo le hace al Dr. Moro. La pregunta fue ¿Manuel, cómo fue que escogiste la carrera de veterinaria?. El Dr. Moro relató que nació en Iquitos, y fue hijo de agricultores. En su niñez, cuando no estaba en el colegio, ayudaba a su padre en el cuidado del ganado. Cuando los animales enfermaban eran curados por ellos mismos con plantas, ya que no existían veterinarios, y por ello decidió ser veterinario.

Sus padres al ver que era buen estudiante aceptaron su propuesta y prepararon el viaje a Lima para que estudiara veterinaria en San Marcos. Para ello debía hacer una travesía en barco desde Iquitos a Pucallpa y desde ahí en autobús a Lima.

Dr. Moro en la Clase de Microbiología en Las Palmas

El detalle de esta historia es que los padres del Dr. Moro, a raíz del planeado viaje, le compraron un bonito sombrero de terciopelo. Cuando el Dr. Moro y su hermano menor, Jaime, estaban por embarcarse rumbo a Pucallpa, un fuerte viento arrancó de la cabeza del Dr. Moro su apreciado sombrero, y él y su hermano menor trataron de recuperarlo; sin embargo, en el intento el barco zarpó sin él y su hermano a bordo.

Decidido en cumplir el anhelo de estudiar veterinaria en San Marcos, el Dr. Moro solicitó al dueño de una lancha que iba a Pucallpa que lo llevara en la proa de la misma. De esta manera con su maleta al costado y su sombrero bien asegurado en su cabeza llegó a Pucallpa cuatro días más tarde. En el camino se enteraron que el barco que habían no habían podido abordar en Iquitos al tratar de rescatar su sombrero, nunca llegó a Pucallpa debido a que quedó atrapado en un banco de arena en el río Ucayali. Lo que puede entenderse entonces que si el sombrero no se lo hubiera llevado el viento, el Dr. Moro no habría llegado a tiempo a Lima para intentar ingresar a veterinaria en San Marcos, cosa que si pudo hacer, ocupando uno de los 10 primeros puestos. de ingreso a la Facultad de Medicina Veterinaria. Todo gracias a un bendito sombrero.

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